En más de una ocasión nos habremos preguntado de donde viene el miedo al dentista. Se dice que está unido sobre todo a experiencias anteriores, aunque en la mayoría de los casos estas experiencias no están directamente relacionadas con el niño, sino que son escuchadas por estos de sus mayores.
Hace años no existían en el dentista los recursos actuales para evitar el dolor, y el paciente acudía en la mayoría de las ocasiones exclusivamente para la extracción de sus dientes. Experimentando fuertes dolores que después lógicamente trasmitían a su hijos.
Además de estas anécdotas, el niño también siente miedo al encontrarse en un medio totalmente desconocido, con la boca abierta, inmóvil, totalmente vulnerable y sin poder saber lo que pasara.
Es fundamental que los padres tengan mucho cuidado al utilizar el dentista como un castigo. En muchísimas ocasiones lo utilizamos como “amenaza”: Si no te portas bien …” Cuando en realidad la labor del dentista (médico, etc) es la de cuidar su salud bucal y en ningún caso castigar.
Esta idea queda arraigada en el niño y se vuelve tan intensa que en algunos casos es imposible acudir al dentista con ellos.
Afortunadamente en la actualidad la mayoría de los profesionales de la salud dental conocemos la suficientes técnicas, y con paciencia podemos corregir este miedo tan arraigado en algunos niños.
Se le explicara al detalle todo lo que ocurrirá en la consulta, estimulando su curiosidad para que libremente pueda preguntar. Se utilizaran juguetes y espejos para que pueda investigar la boca, etc. Todo esto para que se sienta parte integrante de la consulta y de esta forma progresivamente vaya familiarizándose con el personal, etc.
También hay que tener en cuenta y muy importante que una vez en casa, los familiares destaquen únicamente los puntos positivos de la visita al dentista. De esta forma ayudaremos aun mas al niño a disminuir su miedo y seguro que llegar un momento en cual desaparezca del todo.