El 70 por ciento de los niños tienen algún problema de mala oclusión dental, pero si se detecta de forma temprana -a los dos o tres años-, existen soluciones permanentes con la utilización de aparatos de ortodoncia y durante un menor tiempo de tratamiento que hace un par de décadas.
Marc Saadia, especialista en odontología pediátrica, que ha participado en el curso Ortopedia dentofacial y malas oclusiones, organizado por el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Cantabria ha explicado que toda intervención temprana en el niño hace posible aprovechar el crecimiento de la mandíbula del menor antes de que salgan las piezas permanentes.
Estos tratamientos, aplicados antes de los siete años, permiten acortar el tiempo de utilización de los aparatos dentales -ya sean fijos o móviles- entre cuatro meses y un año. Para Saadia, lo más importante de este abordaje temprano del problema bucal es que el hueso es todavía blando y se modifica y/o amplía con facilidad antes de que la boca finalice su crecimiento, lo que se produce en torno a los 12 años. La solución de este tipo de problemas dentales tiene también una vertiente estética muy importante, ya que «si un niño se ve bien, estará más seguro de sí mismo e incluso se evitarían casos de bulling en el colegio porque, en muchas ocasiones, el acoso escolar comienza por la apariencia física”.
Fuente: www.diariomedico.com