Es una de las preguntas mas habituales que me realizan mis pacientes en la consulta diaria. Y la respuesta es siempre la misma: “No importa el orden siempre y cuando ambas se realicen a conciencia”
Esto implica utilizar el cepillo y el hilo dental un mínimo de 2 veces al día y siempre con una técnica lo más correcta posible: Colocaremos el cepillo dental en 45º respecto a las encías con movimientos cortos hacia delante y hacia atrás, tanto en la superficie interna, externa y masticatoria de los dientes. En cuanto a la seda dental esta se utiliza enrollando un tramo de 30 a 50 cm entre los dedos índices de ambas manos, y se introduce cuidadosamente entre cada par de dientes con un suave movimiento de serrucho y vaivén para limpiar todas las superficies interdentales.
En cuanto a las personas que tienen espacios interdentales estrechos, generalmente recomiendo la seda dental encerada, pues se desliza más fácilmente entre los dientes que la seda dental no encerada y a la vez es menos traumática.
Me gusta insistir hasta la saciedad la importancia que el hilo dental representa en nuestra salud dental, pues aunque el cepillado consiga remover parte de la placa dental, este es insuficiente al se incapaz de llegar a lugares donde si lo hace el hilo dental.
Únicamente en casos donde el paciente tenga dificultades para la manipulación del hilo dental, recomiendo sustituir este por cepillos interproximales o irrigadores Aunque eso si, siempre bajo la supervisión de un odontólogo que le indicará la manera correcta de utilizarlos.