El sarro o cálculo es la placa endurecida en la superficie de los dientes, que se distingue por su color amarillo o marrón.
La acumulación de sarro varía dependiendo de la persona, de sus hábitos alimenticios y de la rutina de cuidado bucal que lleve. Se cree que esta acumulación aumenta conforme envejecemos y es considerada una de las causas del mal aliento. No prevenir la formación del sarro provoca la irritación de las encías, que es el paso siguiente a los problemas de encías. Además, si este problema no es tratado puede desencadenar la pérdida de los dientes.
¿Cómo se genera?
Después de comer, los residuos de los alimentos permanecen en la boca (especialmente aquellos ricos en carbohidratos que se adhieren con mayor facilidad al esmalte) junto a millones de bacterias, formando la placa. Y cuando fallamos en eliminarla a tiempo, ésta se endurece creando el sarro o cálculo. El cepillado por sí solo no lo elimina y es por ello que debemos optar por una limpieza profesional.
¿Cómo evitarlo?
La forma más efectiva de prevenir la acumulación de sarro es eliminando la placa. Resulta ideal cepillarse los dientes tres veces al día, o como lo indique el dentista, usando una pasta de dientes con agentes antibacteriales que ayudan a prevenir su acumulación y utilizar hilo dental después de cada comida.
No olvides visitar a tu odontólogo al menos dos veces al año, ya que una vez formado el sarro sólo puede ser eliminado a través de una limpieza profesional.