Las expectativas de éxito en relación a la colocación de un implante dental son del 99%, siempre y cuando éste sea realizado por las manos de un especialista experto.
Sin embargo, es necesario reconocer un hecho real, aún despues de haber realizado rigurosa y cuidadosamente todos los protocolos establecidos y necesarios, existe un porcentaje mínimo de posibilidades de fracaso ante un implante.
Fracasos precoces
Se trata de los rechazos ocurridos durante los primeros meses del tratamiento, previo incluso a colocar la prótesis dental sobre el implante, y estos suelen deberse a que la calidad del hueso es inadecuada para brindar el soporte necesario. Son incluso más comunes estos fracasos en el maxilar superior ya que el hueso es menos compacto.
Otro factor que suele influir es el calor que origina el fresado previo a su colocación, es por eso que la irrigación adecuada es un paso fundamental en el tratamiento, así como la utilización de las revoluciones correctas, ya que una velocidad muy alta puede causar necrosis en el hueso e impedir que se integre el implante.
Fracasos tardíos
Una vez se coloca la prótesis sobre el implante, si ésta no ajusta perfectamente, puede crear fuerte tensión, lo que conlleva inevitablemente al rechazo de la pieza y el fracaso total del tratamiento.
La mordida muy apretada o el constante rechinado de dientes, puede también ejercer tanta fuerza para llegar a fracturar el implante o algún componente. Por esto la mordida debe estudiarse por el médico previo a la realización del procedimiento de colocación de implantes.
Fuente: dientesperfectos.es
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